En el Islam, la confiabilidad es una responsabilidad significativa y una carga pesada, lo que significa el cumplimiento de los deberes hacia Allah a través de la adoración y devoción, y llevar a cabo los derechos de la creación sin deficiencia. La confiabilidad es uno de los pilares fundamentales del sistema ético en el Islam, y el Profeta Muhammad (que la paz sea con él) vinculó la confiabilidad con la fe. Abarca todos los aspectos de la vida religiosa y mundana de un musulmán, desde actos de adoración como la oración, el ayuno y el zakat, hasta las facultades como el oído, la vista y el corazón, así como la vida, la riqueza, el cónyuge, los hijos, los padres, los vecinos, los contratos, los testamentos, los testimonios, los deberes, la sociedad y el conocimiento. Allah dice: 'En verdad, el oído, la vista y el corazón, todos serán cuestionados sobre ello' [Al-Isra: 36].
La confiabilidad implica mantener y difundir la religión, realizar actos de adoración sinceramente y de acuerdo con la Sharia, cuidarse a sí mismo y purificar el alma, y usar las facultades de uno de maneras que complazcan a Allah. También incluye hacer un buen uso de la vida en obediencia, tratar correctamente con el dinero, cumplir los derechos del cónyuge, los hijos, los padres y los vecinos. Enfatiza la importancia de cumplir con los contratos y pactos, ejecutar testamentos con justicia, dar testimonio veraz, cumplir con los deberes laborales con integridad, preservar y fortalecer la comunidad musulmana, transmitir conocimientos de manera veraz y mantener en confidencialidad los secretos de las conversaciones.
Cada musulmán lleva la responsabilidad de la confiabilidad por todo lo que le sea confiado, y Allah los cuestionará al respecto en el Día del Juicio. El Profeta Muhammad (que la paz sea con él) advirtió contra el engaño y la traición en la confianza, y enfatizó que quien no aconseje sinceramente a sus súbditos no olerá la fragancia del Paraíso. La confiabilidad abarca todo en la vida y es una tremenda responsabilidad que Allah ofreció a los cielos, la tierra y las montañas, pero ellos se negaron a llevarla, y fue el ser humano quien la asumió.
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