Al hacer el Tawaf, realizar el recorrido entre Safa y Marwa, al ir a ‘Arafat y recordar lo que el Profeta hizo allí y su gran sermón de despedida… allí, las lágrimas brotan y los corazones se constriñen en arrepentimiento, es en ese instante donde el peregrino alcanza la complacencia de Al-lah, sus pecados son perdonados y el demonio es vencido. Como señal de su victoria sobre el demonio, se dirige a tirar las piedritas en los Yamarat y completa los demás ritos de la peregrinación. Es entonces que siente que Al-lah lo ha perdonado.
#Hayy
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