Se enfatiza la importancia de las buenas costumbres y los valores virtuosos en la consecución de la tranquilidad y la felicidad tanto para los individuos como para la sociedad, y se afirma que estas éticas deben practicarse en todas las situaciones y circunstancias. Entre estas virtudes, la confiabilidad es una de las más significativas, y no se limita a la preservación del dinero, sino que incluye el habla, la acción, las transacciones diarias, la adoración, los pactos, los compromisos, la salud, los sentidos y más.
La confiabilidad se considera una parte fundamental de la naturaleza humana y la religión, y las personas tienden naturalmente a confiar y depender de una persona confiable. El texto anima a los musulmanes a aprender y encarnar el rasgo de la confiabilidad del Islam en todos los aspectos de la vida, destacando que una persona que posee confiabilidad está satisfecha consigo misma, es aceptada por los demás y está cubierta con la misericordia y la bondad de Dios.
La confiabilidad se ha vuelto rara debido al descuido del más allá, al amor por la vida mundana y a la distancia de las enseñanzas religiosas. Advierte que una sociedad que pierde la confiabilidad se considera una de las más corruptas, y menciona que la desaparición de la confiabilidad ocurre gradualmente con malas acciones, lo que lleva a realidades alteradas y hechos falsificados. El texto se refiere a un dicho profético que advierte sobre un tiempo en el que los mentirosos serán creídos, los veraces serán dudados, los traidores serán confiados y los confiables serán traicionados.
La falta de confiabilidad conduce a una deficiencia en la fe, y transmite una narración profética que describe cómo la confiabilidad será retirada de los corazones y se convertirá en una cualidad rara, elogiada en aquellos que no son ni buenos ni fieles
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