¿Acaso no ves que Allah hace que descienda la lluvia del cielo y que penetre en la tierra para que surja en forma de manantiales, y hace crecer con ella cultivos de distintos colores? Estos después se secan y se tornan de color ocre, hasta que quedan reducidos a pequeños y secos fragmentos. Ciertamente, en esto hay un motivo de reflexión para los hombres de buen juicio.}
En tiempos antiguos la gente desconocía la existencia de agua subterránea. Pensaban que el agua de los océanos, bajo el efecto de los vientos, entraba al interior de los continentes. También creían que el agua regresaba por un pasadizo secreto o el Gran Abismo. Ese pasaje estaba conectado a los océanos y se fue llamado “Tártaro” desde los tiempos de Platón. Incluso Descartes, un gran pensador del siglo 18, adscribía esa teoría. Hasta el siglo 19 la teoría de Aristóteles prevalecía: de acuerdo con ella, el agua estaba condensada en templadas cavernas montañosas y formaba lagos subterráneos que fluían hacia los manantiales.
Hoy sabemos que es el agua de lluvia que se mete en las grietas de la tierra la responsable de eso.
Esto está descrito en el Corán en los siguientes versículos:
AZ-ZUMAR (21)
{Y entre las pruebas (de Su poder y magnificencia) está hacer que vean el relámpago con miedo y expectación y hacer que descienda la lluvia del cielo para revivir con ella la tierra tras su muerte. Ciertamente, en esto hay evidencia [de Su poder] para quienes razonan.}
AR-RUM (24)
{Y hacemos que descienda lluvia del cielo en una cantidad determinada, y la tierra [la absorbe] y la almacena. Y [si quisiéramos] podríamos hacerla desaparecer.}
AL MU’MINUN (18)
Ningún otro texto de hace 1.400 años brinda semejante explicación detallada del ciclo del agua.
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