Sigue la religión (de Al-lah aferrándote a ella, ¡oh, Muhammad!), la adoración pura, sincera y exclusiva a Al-lah que es la fitrah (o inclinación natural) con la que Al-lah creó al hombre[1]. Su religión[2] no debe modificarse. Esta es la religión verdadera, pero la mayoría de los hombres no lo saben.
AR-RUM (30)
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